Es ampliamente difundida la premisa sobre la posibilidad de diferentes lecturas que puede hacerse a un filme, reconociendo las múltiples maneras de entenderlo con base en la operación de lectura de cada persona espectadora. En la mayoría de escuelas de cine quienes dirigen las cátedras de análisis y crítica siguen apostando a identificar y describir los elementos fílmicos y cinematográficos, para posteriormente evaluar/juzgar la película. Es la extensión del legado del texto Cómo analizar un film de Casetti y di Chio.
Reconociendo los aportes de Franceso Casetti y Federico di Chio, Jacques Aumont y Michel Marie, en El análisis cinematográfico, rescatan la base estructuralista como punto de partida para enfrentarse, verdaderamente, con el filme, su materia y su textura, sin dejar de lado la reflexión sobre su proceso de producción y recepción.
Todo lo anterior luce bastante teórico. En la práctica, la escritura de una crítica denota un ejercicio que ignora el análisis o excede en explicaciones los elementos del lenguaje cinematográfico. Ambos extremos podrían aburrir a las personas lectoras. Es probable que generen la sensación de hacerlas sentir poco inteligentes. Por ejemplo, cuando se indica la presencia de una buena actuación, el público espectador no encuentra trascendencia en ello porque ya sabe reconocerlo.
Otra manera posible de leer/escribir sobre una película es dejar que funcione el sentido logopático (logos y pathos). Julio Cabrera en su libro Cine: 100 años de filosofía nos aclara que saber algo, desde el punto de vista logopático, «no consiste solamente en tener ‘informaciones’, sino también en haberse abierto a cierto tipo de experiencia, y en haber aceptado dejarse afectar por alguna cosa desde dentro de ella misma, en una experiencia vivida». Y es aquí desde donde parte mi lectura al filme Quédate a mi lado (Spoiler Alert) dirigido por Michael Showalter.
Si hemos vivido la experiencia de tener a una persona cercana (familiar o no) enferma de cáncer, las sensaciones inmediatas al ver las representaciones sobre esta enfermedad son nostalgia, dolor e impotencia. Para nosotros Quédate a mi lado no se torna sensiblera sino una película que, emocionalmente, nos toca. Y si bien, la historia de los protagonistas en una línea de tiempo puede ser descrita bajo la fórmula clásica hollywoodense “chico conoce chico, chico pierde chico y chico recupera chico”, el valor de la misma está en cómo se vive la enfermedad y qué se está dispuesto a hacer por los seres queridos.
Quédate a mi lado me recuerda la hermosa historia de mis amigos estadounidenses Stephen Parelli y José Ortiz a quienes conocí en Venezuela con su proyecto Otras Ovejas. Ellos me mostraron maneras alternativas de interpretación de la biblia que no discriminaban ni estigmatizaban a las disidencias sexuales. José estuvo con Stephen hasta el último día de su vida, cantándole, celebrando su cumpleaños, haciéndole reír, leyéndole los mensajes de sus amigos. Y aunque en un momento Stephen ya no podía hablar, la conexión con José era tan genuina que él era quien lograba interpretar sus requerimientos. Historia como la de Parelli y Ortiz se asemeja a la ficción Spoiler Alert (Quédate a mi lado), basada en el libro Spoiler Alert: the hero dies at the end.
Quédate a mi lado me recuerda, también, a mis tías y abuelos que fallecieron de cáncer y el amor que regalo a mis familiares que están viviendo la experiencia de la enfermedad. En todo caso, creo que, ya estoy preparado para comprender las diferentes etapas de una persona que vive con cáncer metastásico o terminal. Son cinco las fases de la teoría de Elisabeth Kübler-Ross: negación, ira, negociación, depresión y aceptación (las aprendí mientras veía el capítulo 1 de la temporada 2 de la serie Dr House). Del “no puedo tenerlo” a la rabia, y de allí a la posibilidad de encontrar una solución aunque se sepa que no exista una cura. Luego, vienen los sentimientos de tristeza y desesperanza. Finalmente, llega la calma, la comprensión de la muerte como parte de la vida. Y ante la muerte (y antes de ella) me permito llorar.
Susan Sontag en La enfermedad y sus metáforas deja claro que el cáncer está asociado a la muerte y a una correlación de culpabilidad por parte de quien la vive. Casi siempre se les señala como personas que no supieron canalizar sus emociones y esto es otra carga más. Al enfermo se le responsabiliza de enfermarse y de curarse. Es muy análogo a lo que sucedía en siglos pasados cuando el cáncer se consideraba de origen diabólico y se imponía una carga de vergüenza.
Dicho todo lo anterior, queda claro, entonces, que yo decido leer Quédate a mi lado alejado de una postura, supuestamente, objetiva y más propia de una comprensión logopática. Esa que no se avergüenza de llorar frente a la pantalla.
Por: aliriocinefilo
Sinopsis:
Michael Ausiello y Kit Cowan eran una pareja muy feliz y se amaban con locura. Sus días transcurrían juntos haciendo las cosas que más les llenaban. Todo cambió de forma drástica cuando a Cowan le diagnostican un cáncer terminal. La película Spoiler Alert estaba basada en las memorias de Michael Ausiello.
Ficha Técnica:
Duración: 1h 52min | Género: comedia, drama, romántico
Dirección: Michael Showalter | Guion: David Marshall Grant, Dan Savage
Reparto: Jim Parsons, Ben Aldridge, Sally Field
Título original: Spoiler Alert | Año: 2022
Tráiler