Vestidas de Azul: un homenaje a Vestida de azul

by NOTASCINEVERSATIL

Vestidas de azul: una escena inolvidable en un lugar inolvidable

“Cada vez que vengo a Donostia me tomo una foto en este mar porque la imagen y la sensación siempre es distinta”. Estas fueron las palabras de Hebe Tabachnik sobre la Bahía de la Concha. Habíamos caminado unos minutos, luego de encontrarnos con los organizadores del Premio Sebastiane en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián 2023. Hebe, es una argentina que me recuerda, por su rostro, a Lynda Carter (la otrora mujer maravilla). Es programadora de cine mundial y curadora en diferentes festivales de cine.

Hebe no se equivocó. La playa de la Concha y la playa de Ondarreta (que conforman la bahía) tienen ese aire de “locación apropiada para una escena inolvidable”. De esto se dio cuenta Claudia Costafreda, directora del episodio 7 de la serie Vestidas de Azul. En este capítulo Loren, Eva, Renée, Nacha, Josette y Tamara corren por la playa y se abrazan efusivamente. Celebran que son unas estrellas en el festival de San Sebastián por la protagonización en el documental Vestida de Azul dirigido por Antonio Giménez- Rico en 1983.

El personaje Nacha nos narra que al ver sonriente a sus compañeras, le trajo recuerdos de las que ya no están; que se las comió el mundo. Esta misma voz nos detalla:

En el fondo pensábamos que la película nos iba a cambiar la vida…. En el fondo pensábamos que íbamos a comer el mundo, pero nos comió a nosotras… Mientras las miraba como paseaban, algo se metió dentro de mí como diciéndome que eso no iba a durar mucho… algo me hizo sentir que era la última vez que iba a verlas a todas juntas. Y de hecho, así fue.

Nacha Sánchez junto a Josette Sánchez son las dos personas sobrevivientes del documental Vestida de Azul. Josette, aclara en una entrevista para el libro “Vestidas de Azul. Análisis social y cinematográfico de la mujer transexual en los años de la transición española” (escrito por Valeria Vegas) que nunca se sintió mujer aunque en un tiempo se hormonaba, que era travesti en el sentido del transformismo y no como lo entendían las demás.

José Alirio Peña con Lola Rodríguez

 

 Vestidas de azul: el libro

El libro de Valeria Vegas publicado en 2019 destaca la importancia de Vestida de Azul como el primer documental español protagonizado por mujeres transexuales y estrenado en salas comerciales. La versión impresa tiene una tapa de tono azul claro. Traté de adquirirlo en Donostia, pero era muy costoso. En mi paso por Gijón intenté comprarlo, pero no lo encontré. Curiosamente, esa portada azul se me apareció de nuevo en la habitación de mi amigo Antonio. Era un ejemplar que le había dado en calidad de préstamo su exnovio. Solo pude leer la introducción. Me regresaba a Donostia esa noche. No completé la lectura de Vestidas de azul sino hasta tres meses después, gracias a una versión digital de buena calidad que me obsequió el escritor Robert Di Curia, en Buenos Aires.

En Vestidas de Azul la autora nos hace un recorrido por la evolución del marco legal en materia de diversidad sexual, y, especialmente, sobre la identidad de género en la España antes y después de Franco. Queda claro que bajo la óptica de Valeria Vegas (y no sé si para toda España) el término travesti (o travestí) usado por las protagonistas del documental Vestida de Azul no era el más apropiado para referirse a ellas. Mucho después comenzó a usarse el término que Valeria considera correcto: transexual. Sin embargo, tras leer la entrevista a Josette, que aparece casi al final del libro, tengo la sensación de que el uso de la palabra travesti en la década del ochenta, en España, aunque agrupaba a transformistas y transexuales, trascendía como una categoría política-identitaria tal como ocurrió en Argentina.

En todo caso, las categorías identitarias para las personas no cisgéneros son cambiantes tanto en las propias autopercepciones como en la jerga popular y los medios de comunicación. También, varía dependiendo de cada territorio, aunque exista un consenso, más o menos universal, sobre la T del acrónimo LGBTIQ+ que hace referencia a las personas trans.

Me causó ruido el uso de las palabras “inclinaciones” e “inclinaciones lésbicas” para referirse a la orientación sexual. No está demás insistir que la orientación sexual es la atracción sexo-afectiva hacia otras personas. No es apropiado usar los términos tendencia, inclinación ni preferencia porque es mucho más complejo que ir al supermercado y comprar naranjas en lugar de manzanas.

Como antecedentes de Vestida de Azul, Valeria Vegas menciona el documental La tercera puerta presentado en el Festival de Cine de San Sebastián (en 1976) sin mayor trascendencia, y la ficción Cambio de sexo dirigida por Vicente Aranda en 1977. Sobre esta película escribimos a cuatro manos (con Claritza Peña) hace más de una década un artículo intitulado ¿Este es un hombre?, publicado en la Revista Guion Actualidad de la Universidad de Barcelona, España. La interrogante nos inducía a pensar desde la deconstrucción género-sexo y las trampas de la representación, pues el personaje de José María que transiciona a María José fue realizado por la actriz Victoria Abril. De modo que, partiendo del trabajo de Michel Foucault “Esto no es una pipa: ensayo sobre Magritte” hurgamos sobre la relación entre la palabra y la imagen, poniendo en evidencia que María José no es una transexual sino la representación de una transexual.

Hay otras películas destacadas, en el libro, en un extenso análisis que recuerdan las críticas de cine periodísticas, cargadas de valoraciones a los elementos del lenguaje cinematográfico. En la televisión resaltan, en 1980, un documental en el espacio “Entre dos luces” que tuvo como protagonista a Carla Antonelli. En 1984, el reportaje “Violeta, ni rosa ni azul”. Y en 1985 el programa “Transexuales, en busca de una identidad”.  

Valeria Vegas aclara que después de Vestida de azul el cine español por mucho tiempo no volvió a estrenar un documental que visibilizara la transexualidad. Este es el punto de arranque para comenzar a describirlo detalladamente en el apartado denominado “Desvistiendo Vestida de Azul”. Funciona como prólogo a cada una de las historias de sus protagonistas: Loren o las leyes opresoras (90-102 pág.), Eva o el mundo del espectáculo (103-117 pág.), Renée o la integración social (118-127 pág.), Nacha o la prostitución (128-138 pág), Josette o la disidencia desde el transformismo (139-145 pág.) y Tamara o la exclusión social (146-157 pág.).

Finalmente, Valeria Vegas entrevista a Antonio Giménez- Rico, Josette y Cristian de Samil (158-193 pág.).

José Alirio Peña con Nacha Sánchez

Nacha Sánchez en el Festival de San Sebastián 40 años después

En mi paso por el Festival de San Sebastián recibí un correo de Alejo Duclós, del área de Pensamiento y Debate del festival, invitándome al Conversatorio Vestida de azul: memoria y activismo trans en el Festival de 1983 en la Sala Z de Tabakalera.

Asistimos diferentes representantes de festivales de cine LGBTIQ+ de España y América Latina. Especialmente, Diego Ferro (Cinemateca Pedro Zerolo), Jheinser Pacaya (Outfest Perú), Carolina Robledo (LesbiGayTrans Paraguay) y yo (CINEVERSATIL), estábamos emocionados por conocer a Lola Rodríguez (actriz protagonista de la serie Veneno), Ian de la Rosa (guionista de Veneno y director del episodio 6 Vestidas de azul) y Nacha Sánchez (una de las protagonistas del documental Vestida de Azul). Junto a ellos estuvo, también, Julen Zabala (militante histórico de EHGAM).

Nacha Sánchez comentó que en 1983 primero hubo una rueda de prensa y los periodistas no hablaron bien del documental Vestida de azul. En la noche fue la presentación al público. Este sí apoyó la película. Recordó, entre lágrimas, que cuando se acabó la película un cañón de luz iluminó el balcón donde estaban las protagonistas, las personas se percataron de eso y comenzaron a aplaudir por más de 10 minutos. “Que te aplaudan era un paso muy importante para nosotras”, afirmó.

Otra de las cosas que apuntó Nacha es la aceptación de la protagonización sin tener en cuenta lo que estaban haciendo, es un asunto que vale la pena no banalizar:

El documental tuvo su visibilidad durante un tiempo y luego fue olvidado. Había críticas que nos atacaban llamándonos locas. Giménez-Rico tenía claro que iba a visibilizar verdaderamente un poco lo malo. No existía un guion. Rodamos tantas cosas que podían hacerse seis películas. Giménez- Rico fue un hombre muy inteligente, hizo películas exitosas menos Vestida de azul. Buscó en nosotras la picardía. A mí peleándome con la iglesia. Él controlaba el relato… Terminó la película y la presentación en San Sebastián y para todas fue un momento difícil: o eras artista o eras puta. Ni más ni menos. Para putas todas no van y para artistas tampoco. Teníamos una necesidad de trabajar. Yo, por ejemplo, soy decoradora industrial titulada y jamás pude trabajar en eso… pero con todo y que el documental me trajo problemas, lo valoro y me siento encantada al ver mi historia en Vestidas de azul.

Como dato curioso cabe señalar que un año antes, en 1982, el Festival de San Sebastián inauguró con la película Querelle de Fassbinder, y en 1983 se volvió a exhibir el filme en diferentes sitios, gracias a la sección Barrios y Pueblos. Fue la oportunidad para muchos directores y directoras. En la actualidad el Premio Sebastiane mantiene la tradición de realizar una semana antes del comienzo del festival, en varias comunidades, cine debates sobre alguna película LGBTIQ+. Tuve el honor de dirigir las discusiones en Errentería, Irún y Deba a partir de la película argentina Sublime, del director Mariano Biasin.

Vestida de azul| Cortesía de Alejo Duclós

Vestidas de azul: el otro granito de arena de los Javis

Francisco Javier Calvo Guirao y su pareja Javier Ambrossi (mejor conocidos como Los Javis) han realizado proyectos de gran éxito entre los que destacan la creación y parte de la dirección de la serie Veneno y, ahora, la producción de Vestidas de azul. Estos son los dos granitos de arena de los Javis para seguir en sintonía con lo que la filósofa Elizabeth Duval dijo en su libro Después de lo trans sobre Veneno:

No daré las gracias a los Javis, pero reconoceré que han querido hacer el bien. Supongo que lo han conseguido. Está muy bien que esta serie exista… No creo que traiga dignidad o aporte justicia, pero es un primer granito de arena; aunque no explore la incertidumbre del ser, la condición humana, etcétera (pág. 184)

Para comprender estas palabras de Duval es necesario leer el capítulo titulado Teología trans: el evangelio de la Veneno según Valeria Vegas (y los Javis). En este apartado la joven filósofa comienza diciendo que La Veneno después de la serie Veneno no es humana ni volverá a serlo. Las personas espectadoras se emocionarán no ante lo humano o el ser de lo humano sino la representación de unos pecados colectivos hacia una minoría. La Veneno se destruyó a sí misma por todas las personas trans, terminó en un sofá llena de sangre para redimir nuestros pecados.

Es interesante pensar que la misma televisión que hizo de La veneno un símbolo transgresor y popular, también contribuyó con su depresión. Y comprendo que es esto lo que reclama Elizabeth Duval, un poco de la condición humana anulada por las diferentes formas de violencia y explotación de la imagen trans. La violencia se colorea con recursos sutiles esperanzadores y de auto superación, que a su modo de entender no hacen justicia a La Veneno ni al resto de las chicas trans que ya no están.

Pensando en Vestidas de azul, está presente el fetiche de lo trans como un objeto de consumo, porque estos personajes de ficción vuelven a hablar sobre lo trans. Y también Loren, Eva, Renée, Nacha, Josette y Tamara son más que humanas, son santas (tanto las vivas como las ya fallecidas). Pero el poder de la santificación no siempre ocurre con la ficción. En Argentina, por ejemplo, Lohana Berkins, Nadia Echazú, Claudia Pía Baudracco, Mocha Celis y Diana Sacayán se convirtieron en nuestras santas sin necesidad de la ficción.

Las santificaciones aunque opaquen lo humano y el ser humano cumplen una importante función esperanzadora y de direccionalidad de los movimientos militantes por las disidencias sexuales y de género.

Si Duval, manifiesta que “A veces necesitamos las ficciones. Poco importa cuáles sean”, yo confieso que a veces necesitamos las santificaciones y si importa cuáles son.

Por: aliriocinefilo

José Alirio Peña con Ian de la Rosa

Sinopsis

La serie sigue las travesías de Valeria Vegas tras la muerte de Cristina La Veneno. Valeria se dispondrá a buscar a las protagonistas de un antiguo documental, titulado Vestida de azul, que narraba la vida de seis mujeres trans de los años posteriores al franquismo, buscando recuperar la historia de unas referentes que han quedado en el olvido.

Ficha técnica

Género: Drama

Guion por: Valeria Vegas, Javier Holgado, Susana López Rubio Basado en Vestidas de azul. Análisis social y cinematográfico de la mujer transexual en los años de la transición española, de Valeria Vegas

Dirigido por: Mikel Rueda, Claudia Costafreda, Ian de la Rosa

Protagonistas: Rossa Ceballos, Bimba Farelo, Chloe Santiago, Geena Román, Alma Gormedino, Penélope Guerrero, Keyla Òdena, Lola Rodríguez

País de origen: España

Productor(es) ejecutivo(s): Montse García, Valeria Vegas y Andrea Herrera Catalá.

Productor(es): Javier Calvo y Javier Ambrossi

Duración: 45 minutos aproximadamente/ cada episodio Empresa(s) productora(s):  Atresmedia Studios y Suma Latina

Tráiler

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